Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

miércoles, 17 de octubre de 2018

Reflexión del Día

Cuando un ser humano decide corromperse o salirse del redil o llegarse a pensar que es todo omnipotente, solamente un encuentro consigo mismo y que pueda aceptar, que sin una presencia divinidad, pueda enfrentar todo aquello que busca desviarlo del camino. Esto lo decimos porque esta mañana conversaba con alguien y me comentaba sobre otra persona que conocía y de cómo descuidarse, lo ha llevado hoy ha haberlo perdido todo. A veces los seres humanos creemos que cuando estamos en la cima o en el éxito o ante cualquier situación, nada nos tocará o nada nos afectará. Así como hoy puedes estar arriba y en la gloria, ante cualquier descuido puedes verte en la peor situación.

Es como dice la parte de las Escrituras: “Dios no me permitas que te olvide en la abundancia, asimismo no me dejes pasar necesidades que me aleje de ti y me corrompa”. A veces perdemos la humildad cuando creemos tener el poder en todo. Asimismo dejamos de asimilar sabiduría cuando nos creemos portadores de la razón y obviamos todo cuanto sucede a nuestro alrededor. Él ser humano tiene todas las facilidades hoy en día de corromperse o de actuar distinto a lo que pregona.

Es cada vez más frecuente ver como personas que dicen, pero no practican lo que hablan. Otros que se hacen fanáticos de lo que profesan y obvian todos sus hechos ante lo que predican. A veces no vemos la Palabra como algo actual, sino histórico, sin embargo, mientras más la lees te das cuenta que en muchos de sus pasajes, son más aplicables que hace 2 mil años. Que la desesperación, angustia, ambición, prepotencia, entre otros; te hagan olvidar que como seres humanos estamos prestos a caer. Aprendamos de nuestros propios errores, pero aún más, de los ajenos que nos permitan ver desde el corazón, que no estamos exentos, y más, cuando dejamos de lado a quien sólo desea que nos podamos mantener junto a su mano y no darle la espalda. Demos gracias porque cada día, tengamos las herramientas para derribar todo aquello que puede cegarnos y hacernos caer.