Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

domingo, 14 de octubre de 2018

Reflexión del Día

En el Evangelio de Hoy Jesús trata de hacer entender a un joven rico que dice haber cumplido todos los mandamientos de las Escrituras y quiere saber si está salvo. Es de los momentos que más confusión trajo a los discípulos de este, porque responde: “qué difícil le será entrar al reino de los cielos a quien adore el dinero, es más más fácil para un camello entrar por el ojo de una aguja, que a un rico”. Y los discípulos pensaron, pero lo hemos dejado todo por ti y hasta a nosotros se nos hará difícil entrar al cielo. Esto no era que Jesús renegaba de la riqueza o de los ricos o de quien ha logrado todo bajo su esfuerzo, sino, aquellos que no solamente con lo material, sino con cualquier otra cosa, acogen “otros dioses”, y se alejan de Él; que se apegan a todo menos a Dios de forma real.

Es por esto, que muchos dicen ser creyentes o siguen la Palabra, pero no la cumplen. Porque al fin y al cabo, quien domina en el corazón de ellos, no es realmente el amor de Jesús, sino lo material o cualquier otro mal, como la envidia, el egoísmo, entre otros males. Que solo dañan el espíritu y te alejan de la fortaleza y tu fe. Entonces a eso se refería Jesús al hablarle a lo joven y sus seguidores, como lo hace hoy de nuevo con esa parte de la Escrituras. Si realmente tenemos a Dios en nosotros o es otra cosa que lo hace. De eso mucho depende la fuerza de nuestra fe.

Cuando entra tu querer imponer a tu conciencia lo que Dios sabe que es bueno para ti, estamos debilitando lo que somos y quienes somos ante Él.