"Hoy es el día para determinarte dejar atrás todo lo que te pesa y te afecta, toda lucha sin sentido, toda angustia estéril y recorrer un camino de progreso sin retorno, redefiniendo tus prioridades, reposicionando tu corazón, ajustando las escalas, entresacando tus retos del baúl de los deberes, configurando tu identidad, reseteando tu personalidad y pautando al amor como puntero de aventuras. Es el tiempo de no perder tiempo y el momento de ganar terreno, aprovechar el viento y darle alas a la carroza que airosa mueve cada “se puede”. ¡Desafía al mañana con un ruidoso arranque! Para el que cree, todo es posible… todo lo puedes en Cristo que te fortalece, tú y Dios son mayoría y si Él es contigo, ¿quién contra ti?".(Cosme).
Buen día y amanecer para todos. Se que no es lunes, pero dicen que no hay día sin su afán. Y que no debemos estar descuidados y desanimados ante cualquier entrada o resquicio del desánimo o del cansancio mas espiritual que físico que produce todo inicio de semana, pero a pesar de eso, El sabrá por qué nos ha permitido enviar esta reflexión hoy. A veces necesitamos ciertos empujones y reforzar la fuerza interior que mueve nuestra fe y a la vez todo ímpetu para llevar a cabo nuestras tareas.
A veces debemos seguir buscando ese fuego que llamamos pasión para que podamos encontrar día a día, la motivación de seguir haciendo lo que nos gusta y no perecer llevándolo a rutina. Siempre estarán por detrás de la puerta: el desánimo, la desesperación, la falta de interés, y angustia; esperando que tú te descuides en el cansancio y agitado día a día, para que dejes de encontrarle una razón a seguir adelante; a seguir creyendo. No es más fácil seguir a Dios, porque hasta los que te rodean, muchas veces, son los primeros que han sido atrapados o encontrarás duras circunstancias que te lleven a pensar que tanto esfuerzo no vale la pena; que tanta fe no es posible.
Bien lo decía Jesús mientras estaba con sus discípulos: "No os descuidéís que el mal siempre acecha, estén atentos". Quería decirnos que a veces estando en el camino podemos ser desviados, o distraídos, o llamados a desistir; para simplemente olvidarnos de una oración a El; o una lectura a las Escrituras; o dejar que nuestros corazones dejen de tener esa llama encendida que es lo que permite la conexión con su presencia. No nos creamos infalibles ni prepotetentes y perdamos la fuerza ni pensemos que ya no requerimos de su existencia en nosotros porque el peligro ya pasó; o porque ya conseguimos lo que queríamos; o porque nos dio de nuevo por quejarnos y olvidar que es más el agradecimiento que el lamento; que si hoy estamos de pies, no es por otra cosa que su bendición y misericordia; que si hoy estamos atravesando por algo, busquemos el propósito porque la respuesta está en tí, pero debes ser lo suficientemente sincero contigo mismo, para dejar de buscar culpables y responsables, y comiences a ver el para qué de las cosas y verlo a El en cada paso para que siga siendo tu guía y fortaleza, solo no puedes. Por algo, esta frase y reflexión al inicio, habla de ese poderoso Salmo que dice: "...todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Qué necesitas fortalecer; que has descuidado que El te dice hoy que recuperes; que has debilitado en ti, que solo tú sabes ha sido así; qué has dejado de hacer que sabes te sacará del marasmo que solo sabes tú, que hoy te encuentras? Deja la queja; la soberbia; la altanería de creerte por encima de otros; la desidia de olvidar colocar a Dios en cada acto que hagas. Deja de culpar a otros de lo que ya tú puedes cambiar y que ya el pasado no te ayudará, solo tu decisión de no alejarte de El para enfrentar tus demonios que tienes. No te descuides, para que los "ladrones", como dice hoy diosidentemente el Evangelio de hoy, no entren por detrás de tu casa y "te roben". Te quiten o te hagan olvidar quién es tu Dios.
