“Es lógico que pienses que el tiempo para que esto acontezca pasó, pero ahora comienza el tiempo de Dios. En Joel 2:25, Dios promete compensar, restablecer, reconstruir y restituir totalmente todo lo arruinado, devastado, destruido y eliminado. Dios está apasionado por hacerlo. El punto de partida de Dios para restituirte los daños, sin importar los años; puede ser el caos, pero Él traerá orden; tal vez la descomposición, pero traerá sanidad profunda y absoluta; o la crisis y traerá cambio y progreso, puede que sea la bancarrota, pero traerá abundancia. Quizás la adversidad derribó tu puerta, cual langosta de Egipto devastó la última hoja verde, llevándose la esperanza". (Cosme).
Hay reflexiones que buscan hablan hacia lo más profundo de tu ser. Hablan como si estuvieran diciéndote o pregonando la presencia de Dios junto a ti. Qué si bien ahora es que pides su presencia porque quizá vives un momento de gran incertidumbre y preocupación, Él solo pide o espera que tu sigas teniendo la paciencia de quien sabe confiar y esperar su obra y su momento, ese que ha diseñado para consagrar su gloria sobre ti y aquello que has esperado en tu tiempo, sin embargo, siempre las cosas importantes para ti y que han implicado sacrificio y quizás dolor para ti, Él te dice hoy que no te preocupes que amplifiques tu fe y que le permitas que sea Jesús en las alturas y en la tierra.
Aunque hoy veas pocas puertas abiertas y que el cielo se te viene encima o que no encuentras mucho aire para respirar por las cosas que alrededor intentan abrumarte, irá con confianza en que las cosas sucederán en el momento propicio que solo Él puede diseñar. Entenderás luego que precisamente en ese instante que ha sucedido era el adecuado para que tuvieras la suficiente sabiduría y claridad en tu corazón para entender que era en el tiempo qué Él había entendido oportuno para sanarte, fortalecerte, hacerte digno de lo que recibirás, dependiendo de tu situación. Él lo sabrá, no desesperes ni debilites tu fe.