“El camino del necio es derecho en su propia opinión; mas el que obedece el consejo es sabio. (Proverbio 12:15). Una persona insensata o necia es el antónimo de una persona sabia. Una persona sabia es aquella que vive en comunión diaria con la persona sabiduría, que es Jesús. De sus horas de meditación en la Palabra de Dios provienen su capacidad de discernir entre el bien y el mal, y el poder para escoger hacer el bien. El resultado es una vida feliz y productiva.
Una persona insensata, por el contrario se cierra en sus propios razonamientos, cree que es el dueño de la verdad. Todo el mundo a su entender está equivocado. Sube a la montaña de su propia autosuficiencia. No es feliz, por más que proclame serlo, porque vive golpeándose e hiriendo a los que le rodean.
No salgas de casa hoy, sin antes haber buscado el Consejo de Dios. Con Dios nadie discute. Ante Él no hay argumentos que valgan. Ante su Palabra tienes solamente dos caminos: Humillarte y aceptar el consejo para que te vaya bien en todo, o rechazarlo orgullosamente sin anticipar las consecuencias”.
Hemos aprendido de las experiencias ajenas y propias, que tenemos dos crus de aprender de lo que Dios nos desea mostrar, la soberbia y el orgullo y la humildad y la sabiduría. El simplemente nos permite con nuestro libre albedrío que sepamos elegir y asumir. Y busca la manera en que podamos ver el camino que nos conviene y hasta nos envía señales y hasta ángeles, como personas, para que luego nos demos cuenta que siempre estuvo ahí dándonos su presencia para que como buen Padre cuide de sus hijos. Es nuestra actitud hacia Él. Dicen: “ayudaré, que Yo te ayudare”. Pero eres tú quien debe saber asumir qué postura, la soberbia y creerte al control de todo y de resistir sin Él; o con sabiduría y humildad, para que su presencia entre en nosotros y nos dejemos guiar por Él.