Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte.
Desde 2 de Junio de 2024.

martes, 18 de septiembre de 2018

Reflexión del Día

“La madurez comienza justo cuando comenzamos a aplicar lo que entendemos, a separar lo pasajero de lo temporal, a mirar esta vida como un tren que a todos nos deja en diferentes estaciones porque ese es nuestro destino final. Tan pronto entendemos que perdonar no es una opción, sino una medicina, y que amarme es clave para ser mejor cada día. La madurez traza la línea entre lo que buscamos y lo que somos, discierne la ruta hacia lo que cuenta y reduce el costo de las distracciones. Vamos de pasada, finalmente daremos cuenta de todo, ¿estás listo? El cuerpo pasa, las gratificaciones y sus espléndidas ofertas de temporada también. Si tu corazón guía tu cuerpo, revísalo, si tu cuerpo guía tu vida, revísala; si Dios guía tu corazón, celébralo!”. (Cosme).

No resulta fácil en ocasiones para los seres humanos dejarnos guiar y a la vez que en medio de turbulencias tú le entregues el timón a lo que no puedes ver ni controlar, simplemente puedes confiar de forma ciega y dejarte guiar por tu corazón, la conciencia y lo que siente tu alma. Por eso debemos cuidar que todo esté unido para no andar perdido y saber que cuerpo y espíritu se necesitan y deben estar concatenados para tener balance y no disgregarnos y andar perdidos, porque cuando así andamos, todo cuanto decimos o hacemos puede estar contaminado y puede ser vulnerado.

Por eso decidirse a caminar con Jesús, más que palabras es acción y valor. Porque estás decidiendo desde su amor y no desde tu ego. Desde su ámbito y no desde tu dolor o tu orgullo; es desde creerle a Él y no solamente de tu confianza que llega a la prepotencia. Cuando estamos perdidos o no podemos contra lo que enfrentamos, o cuando no tenemos la luz que requerimos para el discernimiento, solamente esa relación que creo Dios, entre su Hijo y el hombre; a través de la oración; puede darnos la libertad desde dentro y la seguridad ante el temor y la angustia. Nos permite levantarnos ante cualquier caída. Tener fe es darle la mano todos los días a Jesús y permitir que Él guíe nuestros pasos, teniendo paciencia y confiando en que cada paso que damos, lo ponemos detrás de Él.