“Los problemas nos llevan a elevarnos sobre lo ordinario cuando nuestro enfoque es atravesarlos en lugar de evitarlos, nos empujan a caminar sobre el borde de nuestro potencial! De ahí que al tomar decisiones debemos averiguar si creemos lo correcto o “lo que otros llaman” correcto! Al escoger vivimos la responsabilidad de hacer lo mejor para nuestra vida. Reflexionar, orar, meditar en la palabra de Dios, mirar nuestro interior, es imperativo. Es dejar al ego en la orilla. La visión del corazón es determinante, la luz del Señor irremplazable, sólo bajo su luz, recibiremos “la verdadera iluminación, esa que transmite la revelación que supera a la información. El hombre común ve el horizonte y sueña, pero el hombre de Dios cree y vuela sobre él”. (Cosme).
En estos días la costumbre es no luchar por lo que se quiere o por lo que es correcto o por aquello que sabes desde tu corazón y hasta de tu alma es Dios te muestra, pero no aquello en lo que te empeñas por tu ego y vanidad o por soberbia. Estamos acostumbrando en estos tiempos a que es más fácil decir adiós que permanecer y creer en algo más profundo, ese mismo sentimiento que Él nos muestra, su gran amor que si es real y no es idealizado.
Hoy preferimos dejar de luchar, rendirnos y tirar la toalla. Es más fácil justificar el por que salimos corriendo o dejarnos las armas que hasta Él mismo nos proporciona para enfrentar todo, pero siempre estamos prefiriendo irnos dizque por nuestra sola voluntad y control, cuando ya el mal o lo que sea que nos enfrentamos está controlando nuestras vidas y nos lleva directo al derricadero y aún así preferimos entregarnos a rechazar y darle el chance a la fiereza que nos puede proporcionar el Todopoderoso.
Estamos acostumbrados más a tomar el orgullo como salida, que aquel que nos muestra sabiduría y nos ofrece herramientas para seguir la luz de quien nos pide que recapacitemos y despertemos del letargo que nos ha mantenido alejados de su entorno. Recordemos siempre que Jesús nos dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. No elijas senderos ni la oscuridad que te quita paz, tranquilidad y fortaleza.