Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte.
Desde 2 de Junio de 2024.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Reflexión del Día

Dios nos dice: “Ama al prójimo como a ti mismo”. Si, pero nunca más que a ti mismo. Porque puedes olvidar tu verdadero valor como persona y ser humano. Puedes obviar lo que Él nos legó, la dignidad, y hasta ahí tienes el límite para evitar que te laceren. Que no es lo mismo que el orgullo, ese no lo protege Dios, sino tu ego y ese puede llevarte por caminos torcidos.

Seamos coherentes con nuestra conducta y proceder. Asimismo, exijamos y juzguemos de la misma forma que nos exigimos y juzgamos a los demás. Primero limpiemos nuestro interior antes de ver o querer observar el ajeno.

“Se aleja la ola dejando la arena mojada, se aleja el sol dejando el cielo en tinieblas, se aleja la protección y el caos domina como si siempre gobernara; se aleja el amor y luce como que nunca existió… Nos alejamos de Dios y creemos que nunca le importamos, pretendiendo culparlo de nuestra decisión de probar una vida sin su vida. Rompemos los límites hasta quebrarnos, engañamos hasta engañarnos, esperamos hasta el final para no ser parte de la controversia, esquivando la verdad con la vanidad y siendo parte de quienes se drogan con sus razonamientos. Pero nada de esto cambia la hora cero, y llegar allí sin las respuestas de rigor. El peor momento puede ser un buen momento para buscarle, pero solo un corazón sincero siempre puede encontrarle”. (Cosme).

Qué bueno es cuando podemos reconocer nosotros mismos que no vamos bien; que vamos bien; cuando podemos sentir que la fuerza interior nos falta; así cuando la sentimos creciendo y fortaleciéndose dentro de nosotros; qué bueno es ver aquello para lo que no tenías ojos del corazón ni la conciencia; qué bueno cuando nos sentimos lo que es verte a ti y a otros a tu alrededor; qué bueno es darnos cuenta que cuando hemos estado si la presencia del Altísimo nos hemos perdido y jodido de mala forma; qué bueno es cuando sentimos lo que es caminar junto a Él y saber que podemos andar solo, pero sentirnos acompañados y saber que luchar junto a Él, es vencer nuestros miedos, iras, rencores, orgullo, vanidad y limitaciones. Qué bueno cuando Él inspira lo mejor de nosotros.