“Dios es Dios de orden, ponerle primero traerá equilibrio y bendición. La excelencia está ligada al buen manejo de las prioridades; bíblicamente sabemos que buscar la sabiduría es lo principal, que buscar su reino y su justicia es lo primero. Ambos consejos nos llevan a la cumbre del pensamiento supremo, a lo profundo de Dios, lo que el Espíritu Santo quiere revelar al nuestro… Pero ¿cómo? Meditando en su palabra día y noche!
Cuando la luz que tenemos viene de lo alto, opaca todas nuestras pequeñeces, produce convicción y madurez. Cuando Dios es tu prioridad, añade lo que te falta, rebosa lo que llenaste y repone lo que perdiste. Ante todo piensa bien, de arriba hacia abajo, pues así como la lluvia prospera la tierra, su sabiduría fecunda tu vida”. (Cosme).
A veces nos cuesta entender que la única manera en que podemos encontrar paz y tranquilidad; es a través de tener la presencia de Dios y que permitamos que todo lo que nos regala día a día, lo apreciemos con bendiciones y sobretodo, que aprendamos asimilar lo que recibimos. Porque tener a Dios y no confiar ni en permitir que sea su palabra la que nos guíe. Es como tener un tesoro y no saber que lo posees. Busquemos la sabiduría en cada experiencia que vivimos y hagamos lo mejor que podamos con ello.