“Dijo John Maxwell: “el pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, mientras que el líder arregla las velas”. Y certeramente un líder es quien reconoce tener un propósito, y que Dios, su autor, es quien le acompañará en su ruta, pero su profunda determinación es la que le llevará a alcanzarlo.
En las profundidades de esta vida se encuentran las fuentes que robustecen nuestra fe, en el mar no hay sendero, ni rastro ni puente, excepto aquel que estampa el trayecto de la luz. Su palabra es viento favorable bajo la luz de un claro amanecer”. (Cosme).
Dicen que uno propone y Dios dispone. Podemos tener miles de propósitos o intenciones por realizar, sin embargo, Él tiene la última palabra. Hacemos cuantos pensamientos y planes, sin embargo, aunque no lo crean, terminamos obviando a quien dará dirección a las velas, no ponemos nada a su nombre, porque vivimos convencidos a todo momento, que tenemos el control de todo. Busquemos estar conectados junto a su propósito y pongamos las cosas a su deseo, que les aseguro que si lo piden desde el corazón, Él siempre sabrá qué planes mejores tiene para ti y quienes caminan junto a ti. Es difícil para algunos confiar, pero ahí está el secreto de la fe, entregarse a sus designios y ver con esperanzas.