Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

lunes, 12 de febrero de 2018

¿Qué no estamos viendo?


Hace mucho tiempo que un hecho que podemos catalogarlo de feminicidio, no nos causaba tanto estupor, como el perpetrado y llevado a cabo por el imputado, Alexander Portorreal, que de una manera tan horrorosa le dio muerte a su compañera, y los hijos de ella fruto de otra relación. Hasta pensar en redactar algo sobre esto, y tener que releer los detalles maquiavélicos en que hizo toda la planificación y ejecución del crimen múltiple. La manera fría en que cometió un hecho y luego hacer lo demás.

Esta barbarie cometida por este señor tiene que quedar entre los anales de la historia nuestra, como uno de los más horrendos, por los detalles en que se realizaron. Da la impresión que se tratara de una esas películas de terror o acto cometido al estilo Charles Masson, cuando asesinó a la actriz y todos sus amigos, Sharon Tate, en la década de los 60s, en California. 

No voy a hacer explícito en cómo se dio a la tarea este bárbaro, para llevar a cabo su hazaña criminal. Pienso que, al igual que nosotros, pocos resistirían tener que leer los relatos de este salvaje. Cómo de forma fría y sin contemplación fue asesinando y ultrajando a cada uno de los miembros de la familia que se supone debía cuidar en su rol de padre y padrastro.

Este es un hecho para que nos detengamos a pensar: ¿Qué está pasando con nuestra medio social? ¿Es que estamos perdiendo la batalla contra los feminicidios? ¿Es que los métodos que estamos utilizando para enfrentarlos o evitar que sigan ocurriendo en demasía y ahora horrendos, no es la mejor? ¿Hay factores que no estamos tomando en cuenta como Estado para seguir evitando esta epidemia que cada año se lleva más de 90 mujeres? ¿A qué se debe tanto encono y violencia? ¿No está le hombre dominicano preparado para el avance y liberación de la mujer? ¿Hasta dónde nuestra cultura machista sigue siendo la peor influencia? En fin, es una acción que debe ser analizada por especialistas de la conducta humana, para que cosas así, buscarles una explicación desde la ciencia y evitar que se vuelva un patrón.

Pienso que son muchas las interrogantes que debemos estar haciéndonos para tener la voz levantada de alerta ante lo que está sucediendo ante nuestros ojos.

La muerte de la señora Reyna Isabel González, y sus tres hijos, no deben marcarse como una estadística más. Esto tiene que elevar nuestra sensibilidad y preocupación ante lo que está sucediendo. De alguna manera debe honrarse su vida y la de sus vástagos, y que no sea en vano tanto sadismo contra la inocencia de menores que cayeron en manos de quien se suponía debían confiar.

Este suceso de verdad que nos ha calado en lo más profundo, y estoy seguro que a todo padre y madre que ama a sus hijos. Que como parte de un país, esperan que experiencias así, no sigan marcándonos como nación, esto debe marcar un antes y un después. Debemos aprender, para reconocer y cambiar lo que está pasando. ¿Qué no estamos viendo?