A veces olvidamos quien es aquel que nos llevará a aguas tranquilas y nos hará descansar en verdes praderas aunque cada quien esté atravesando su lúgubre cañada (cada quien tiene sus cargas contra que luchar, seamos comprensivos y dejemos él egoísmo de solo vernos a nosotros); olvidamos quien es aquel que a pesar de toda tempestad, nos brindará las aguas tranquilas que requerimos; olvidamos a veces quien es ese que a pesar de estar sentado entre enemigos, nos librará de todo mal; a veces olvidamos que la Palabras fortalece y depende de nosotros qué hacemos con ella. Olvidamos que el Todopoderoso, si estamos aún paso siempre de su presencia a través de las Escrituras, no de dogmas, y de la oración, nunca estaremos solos ni habrá ejército del mal que pueda tampoco. Nos da la fortaleza para enfrentar cada día y hasta nuestros miedos más profundos. Recuerden.
