Hoy se lucha más por dejar ir que por sustentar lo que se tiene. Se trabaja más en cómo dejar ir que en fortalecer lo que tienes, en observar qué cosas tienes que cambiar para mejorar, porque lo mismo que hoy languidece o se debilita será lo mismo hasta que no cambies aquello que no está bien. Es como decía Einstein: “no puedes buscar resultados diferentes utilizando los mismos métodos”.
Queremos sustituir no dándonos cuenta que nosotros debemos mirarnos primero sino somos nosotros quienes debemos cambiar o transformar lo que somos. Hoy queremos vivir bajo la mentira; apariencia; ocultamiento; hipocresía; utilizando los demás; antes que renovar lo que tenemos desde el amor y la confianza. Desde la ternura y la comprensión. Hay quienes disfrutan con el dolor ajeno a sabiendas de que la causa malestar y daño. Antes que buscar cambiar algo de nuestro entorno o de la vida como la vivimos, veamos qué tenemos que reescribir de nosotros para saber que podamos ver en qué fallamos y desde ahí podemos reconstruir antes que destruir o desechar. La vida debe enseñarnos a luchar antes que rendirnos como primer paso. No aferrarnos a lo que no funciona sino a poner empeño en lo que se puede restaurar.