Buen día a veces lo más importante es lo que no podemos admitir o no podemos ver. Nadie más es responsable de lo que nos puede afectar o nos puede dañar. Somos quienes elegimos si alguna circunstancia nos afecta o nos hace mejores personas. ¿Quién podría convivir con un espíritu que todo el tiempo vea lo negativo o lo terrible? ¿Podrías tú vivir contigo mismo a solas? ¿Podrías tú ser tu propio pareja, amigo o compañero de trabajo, con las actitudes que tienes hoy? Entonces una gran parte de lo que podemos asumir como seres humanos está en aquello que podemos ‘controlar’, como de dice una amiga querida, hacerlo con valor y pedirle a Dios y hacer un compromiso con Él, que te ayude y aquello que no podemos, simplemente te ofrezca la serenidad para entenderlo y dejarlo en sus manos, eso es parte de lo que llamamos fe. Se hace uno sabio cuando puede diferenciar la una y la otra.
Las circunstancias pueden ser disímiles, duras o buenas, el cómo las enfrentamos o asimilamos, dependerá de nosotros. Lo que deseamos atraer hacia nosotros, eso llegara: amor, odio, venganza, dolor, entre otros; es lo que tenemos en nuestros corazones o en el interior, y lo que somos capaces de llevar a través de nuestros pensamientos, buenos o malos. Y combinarlos con la voluntad de Dios. Dicen: “ayúdate que Yo te ayudaré”.