“Algunas personas mueven algo tan profundo en ti que logran que trabajes para ser tu mejor versión, hacen que veamos lo insignificante como especial, lo imposible como posible, lo simple como excepcional; nos conectan con un futuro maravilloso inspirándonos genuinamente a soñar, orar y luchar. Nos retan a amar y entregarnos como lo máximo. Cada momento junto a ellos afecta el resultado de nuestro accionar. Particularmente me sucedió cuando encontré a Jesús, él volteó mi mundo diciéndome: …y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Jeremías 29:13”. (Cosme).
Dicen que no hay mayor motivación que aquello que otra tocarte el espíritu y el alma. No habrá obstáculos o pruebas que puedan ser suficientes cuando eres tocado de esa forma. Dicen que varias cosas cambian quien puedes ser a lo que puedes llegar a ser en tu real propósito de vida: es el amor; un quiebre emocional y tus sueños. Ahora bien, si en ellos no existe la mano de Dios o que seas capaz de permitirte guiar por Él, nada de eso será duradero. Si todo lo que te puede transformar no está acorde su Palabra, y si por nuestro egoísmo, será en vano lo que pretendemos construir, estará en una base de arena que tarde o temprano será derrumbado. Cuidado que sobre lo que construyes no tenga su fundamento en los males que dañan nuestro interior porque Vida no tendrás.
Podrás llegar donde sea y alcanzar lo propuesto, pero trata de que no dejes de lado su gran dirección. Conocerlo y seguirlo es la gran motivación que te permitirá entender que para Él nada es imposible y alcanzarlo te libra de incertidumbres y desgastes. Cuando está en su camino Él busca la forma en que todo cuando te rodee en tus pasos sea Él haciéndose presente. Cuando lo dejamos de lado, estamos a solas combatiendo con nosotros mismos; debilidades; temores y mayores errores; sin poder vernos para mejorar. Solo su gran amor nos permite despertar de un gran letargo que hemos querido prolongar teniendo como máximo legado a nosotros y a todo el que nos rodea, le inyectamos el mismo veneno. Por eso, conocerle, y estar en Él es y debería ser cada día que inicia, nuestro objetivo claro que es lo que nos mantendrá firmes en la luz y fuera de toda falsedad y oscuridad.