El caso del doctor Julio Gómez y su sobrino
Jhon Arias, es de aquellos que le puede ocurrir a cualquier persona en este
país. Y son de los hechos que vienen como consecuencia de lo que vivimos a
diario, con el aspecto de la delincuencia ordinaria, esa que no ha sido posible
reducir y es la que ha puesto a los dominicanos a pensar estar más en sus
hogares que en las calles.
Sin embargo, este expediente que
mencionamos, se trata de un hecho en el que las víctimas estaban en su hogar
departiendo en familia y el delito fue a buscarlos, muestra de que tampoco ahí
se puede decir que tenemos seguridad. Es lo que ha provocado que nuestras casas
parezcan más el espíritu de fortalezas y que tengamos de todo para evitar que
llegue a nosotros la afectación.
Tanto el médico Gómez como su sobrino,
estudiante de término de ingeniería pudieron conseguir, luego de cinco meses,
la variación de su medida de coerción de prisión preventiva. Por un hecho que
ni buscaron ni alentaron ni participaron; porque el linchamiento fue fruto de
los vecinos que a una vez estaba sometido el delincuente de apodo “lagrimita”,
por el propio galeno pero no pudo evitar que la turba la matara a golpes. Hay
que se produjo, lo que se establece la frase: “pagaron justos por pecadores”.
En este asunto hay muchas vertientes, desde
la injusticia cometida por un sistema que cada día es más cuestionado; de la falta
de seguridad que se supone debe brindar a cada ciudadano el Estado; de la
impotencia a que ha llevado tanta impunidad y una delincuencia que cada día va
en aumento y no da respiro alguno a una población que está harta y se siente
desprotegida; de que el mensaje que está llegando, es que los delincuentes y
corruptos tienen más facilidad de recibir justicia o salir a las calles una y
otra vez, que la gente decente.
El caso del médico Julio Gómez y su sobrino
Arias, es algo, como dijimos al inicio, del que nadie está exento y que puede
ser objeto de atracos en las calles y sus casas. Hoy vemos en videos por redes
sociales, como la gente se ha ido armando porque entiende no tiene otra manera
de enfrentar a los que van en busca de su pertenencias y de sus vidas.
A pesar de todo el viacrucis que pasó en la
cárcel el galeno, y que aún le queda enfrentar el proceso que se mantiene, ha
dicho lo siguiente: “que aprovechó el tiempo en la cárcel para predicar el
evangelio a los internos y seguirá visitando la cárcel de Monte Plata para
seguir predicando”. Solamente en un corazón alejado del odio y la venganza;
pueden salir palabras que reflejan la paz que posee. No importó tanto saña en
su contra, aun así no envenenó su espíritu de quienes crearon toda esta trama
de involucrarlos.
Ojala nos sirva de mensaje para una
sociedad cada día más violenta y donde se promueven muchos sentimientos y
pensamientos de prejuicios y enfrentamientos. Ya la seriedad, responsabilidad y
decencia, no son valores que caben en el modelo social que tenemos y padecemos.
Ahora bien, cada día se refleja como el
tema de la seguridad y la delincuencia sigue siendo tópicos que no han tenido
una respuesta como hoy exige la demanda.