“Una prueba solo se pasa haciendo lo correcto. Muchas veces somos tentados a pensar que el fin justifica los medios, especialmente en esa particular circunstancia donde no podemos ver la verdad, o su precio parece inalcanzable. Que peligroso cuando nos equivocamos pensando así, porque cometer un error te puede llevar a un callejón sin salida, pero una mente equivocada al abismo insalvable. Ser sobrios, dejar descansar nuestras ansiedades en Dios, y como una prioridad aceptar el consejo de su palabra, es corroborar con el punto de vista inequívoco del Omnisciente, quien ve el presente, el futuro, y lo profundo del corazón. Dios ha tomado todos los ángulos en cuenta al momento de aconsejarte, su palabra es tu decreto, tu boleto a un destino de bien irreversible”. (Cosme).
Una mente ofuscada, cansada, agobiada y llena de impotencia; solamente tiene un destino, caer en el abismo que construye con sus ansiedades y pensamientos. Cuando no podemos confiar en lo que Dios tiene destinado como propósito para nosotros; cuando lo logramos entender que cada prueba debe ser vista como el crecimiento que Él desea para sacarnos de donde nos encontramos y que solo Él puede ver más allá de nuestros ojos. Solo Él puede saber cómo curar nuestras heridas y cómo ayudar a llevar nuestras cargas. Lo único que nos toca es tener la decisión de seguir los pasos que nos va marcando y confiar en todo cuanto nos coloca día a día.
Nada justifica lo incorrecto por conseguir nuestros objetivos, eso te deja en peor circunstancias y te sigue enfermando el alma y tu esencia. Salir de un abismo o de las pruebas, solo con su palabra es posible y encima de eso, te dará sabiduría y gozo. Está en nosotros si abrimos nuestros corazones para darnos esa oportunidad de sanarnos y cambiar para ser mejores.