Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

viernes, 2 de marzo de 2018

Reflexión del Día

La mente suprema no podía usar un método más inteligente y menos cruel para salvar a la humanidad que la misma cruz que idearon los bárbaros e imitaron griegos y romanos? ¿No podía? Pues nunca fue asunto de sabiduría, ¡sino de cumplir toda justicia! ¡Ni toda la sabiduría universal consolidada podría pagar lo que el precio de su sangre para borrar el pecado! Se requeriría de todo el valor y el amor para no dimitir cuando nadie comprendiera el plan del cielo, el costo del rescate y el inconmensurable sacrificio del rescatista. ¡Dios decidió amarnos desde el cielo, amarnos por siempre, aún desde una cruz, allí expresó un amor superior a todos los pecados, los errores, las afrentas, a toda vergüenza y a todo dolor! ¡Su amor es nuestra paz!’. (Cosme).

A veces requerimos recordar el gran amor que nos tienes Dios a nosotros. De saber que esa entrega que hizo de ser a su Hijo por nosotros y salvarnos de nuestros pegados, no acabamos de comprender que lo que está haciendo a cada momento en que nos pone su mano al estar angustiados; o al necesitar que nos levante para no quedarnos caídos; o curarnos desde dentro todo el dolor o sufrimiento que podamos tener; nos brinda fuerzas ante cosas que intentan dominar nuestra mente por encima de lo que Él nos dice que confiemos en su plan que tiene para nosotros. ¿Qué tanto necesitamos para saber sobre su gran amor? Lo bueno sería saber ¿cómo le mostramos nosotros nuestra fidelidad a ese inmenso y puro amor? ¿Con qué fe? ¿Cómo vemos a Jehová nosotros? Son preguntas que debemos hacernos para saber el tipo de fe que tenemos y si nos falta dar aún más.

Cuando pases por las aguas , yo estaré contigo; y si por los ríos, no te abnegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás... Porque yo Jehová, Dios tuyo, el santo de Israel, soy tu Salvador”. (Isaías 43:2,3).

Iniciando el día, siempre necesitamos de esa fuerza o estímulo o prueba de que ante toda situación que podamos tener frente a nosotros en este inicio o que tenemos que enfrentar, Él no nos suelta, ni nos abandona, al contrario, nos ofrece consuelo. A veces es difícil y casi imposible, dejarse en sus manos, porque creemos que todo tiene que estar a nuestro control, olvidamos que Él nos prometió que ante toda adversidad, su presencia la podremos sentir y darnos calma, paz y confianza.

Al final vendrá algo mucho mejor que lo que vendrá y todo bien saldrá. Siempre has estado aquí. Solo descansaré mi confianza sobre ti.