“Esforzaos y cobrad ánimo, no temas, ni tengáis miedo... porque Jehová, tu Dios, es el que va contigo. No te dejará, ni te desamparará”. (Deuteronomio).
Alguien me decís ayer y volví releer de madrugada, “perseverancia en la voluntad de Dios”. ¿De qué te vale expresar su fe sino eres capaz de poner en su manos lo que son tus metas y objetivos? ¿De qué te vale despertar cada mañana para ser preso de miles de angustias? Lo único que harás en buscar en respuestas y pensamientos equivocados. A veces creemos que Él se ha cerrado a nuestras oraciones, sin embargo, nosotros no valoramos en qué medida somos fieles a ellas. Siempre será más difícil entregarte a su voluntad que decirlo, pero mantenerte buscando el control de lo que deseas, y eso no te ofrece tranquilidad, lo único que te puede dar fortaleza y paz, es luchar cada día en entregarle lo que te hace peso; lo que te produce carga; aquello que ya no está en tus manos; en enfrentar fantasmas por temor al temor; en darle lo que te ha ido quitando la dignidad y te pone ante otros de forma humillante a caer poco a poco; en no “mantener la perseverancia a su voluntad”.
Recuerda que solo quien camina hacia y con la luz, no teme ni vive a medias ni en espanto. A diferencia de quien se ha dejado atrapar de la oscuridad, no puede tener tranquilidad ni paz, porque no puede mostrar lo que oculta ni puede sentirse liberado en las sombras. Lucha junto a Él, un día a la vez, y deja que Él te levante con mayor espíritu, porque no te defraudará, confía en ello. Dios tiene formas de utilizar personas para hacernos llegar sus mensajes y su apoyo. Valórate y podrás valorar a otros.