A veces necesitamos algo más de lo que somos o algo más de lo que tenemos en nuestras decisiones y pensamientos. A veces nos podemos apresurar a tomar posiciones que luego pueden ser nefastas porque no tomamos en consideración lo que asumimos en momentos de tranquilidad y de paz. O porque simplemente permitimos que el prejuicio u otras situaciones que nos han ocurrido sean las que decidan por nosotros.
A veces caemos con facilidad en la angustia y en la prisa de la desesperación porque solamente estamos prestos a lo que es aquello que entendemos nos aparta de lo que nos evita la duda. Aunque a veces nos cueste afianzar, creer y dejar y permitir que su voluntad sea la que nos guíe, es el acto más imposible para el ser humano, porque implica practicar la fe en su más alta expresión, significa creer que todo está pasando bajo el dominio de Dios, no el nuestro y creer que está siendo todo para nuestro bien, es hacer hasta lo que nos corresponde, orar y confiar en Él.