“En la vida lo que no es cuestión de poder es cuestión de tiempo, y Dios controla ambos. En ingeniería de suelos existe un proceso llamado decantación, que es la separación de fluidos y sólidos. Un amigo experto en la materia dijo: todo se decanta, temprano o tarde. Y es que llega el día donde las mentes se sacuden y como cada partícula de tierra se separa del agua y la luz la traspasa, la conciencia se aclara y ¡Dios pone todo en su lugar!
Su paciencia es el lapso donde los componentes de nuestras batallas se decantan, mientras los procesos divinos nos habilitan para una mejor temporada. Su mano dispone tus pasos, por tanto quienes le ponen en primer lugar no esperarán el último minuto para ver su gloria”. (Cosme).
Amigos hay procesos en la vida que como tales toman cada uno su tiempo. Lo importante ante todo es que podamos encomendar cada uno de ellos a la mano de Dios, porque muchos de ellos no tenemos ningún control, nada más que confiar en su decisión y que la misma nos permita continuar hacia delante. Saber que todo aquello que pones en sus manos de forma confiada y sabiendo que todo saldrá al final bien. Si dejamos que la desesperación, angustia y la duda; sean los que guíen nuestras decisiones, el desastre será el final que encontraremos siempre que nos comportemos dando la espalda a quien solamente espera por nosotros algo de confianza.