A veces no le prestamos atención a los sentimientos y sus manifestaciones. A como una simple muestra de cariño puede hacer diferente tu momento y claro, por qué no, tu día. De la misma manera en la que actúa una mala información o un mal gesto, lo hace en mayor medida uno que tienda a levantar espíritu, ánimo y llevar esperanza a quien la requiera porque de alguna manera está luchando con muchos demonios.
Un decir o una expresión, es como la cercanía de un estrechar de manos; o el sentir de un gran abrazo que saque de adentro impotencias contenidas. En fin, cuando somos capaces de decir en palabras o llevarlas al terreno de lo práctico y mostrarle a otros que no está solo; que comprendemos su situación; qué hay solidaridad alrededor; qué hay apoyo. Es como si el propio Dios estuviera a su lado y tú siendo el instrumento para su realización. No permitas que el orgullo y viejas costumbres te impidan dar a otros de lo que hasta ahora has ofrecido y permite que se refleje el amor de Dios en ti.