“Quien tiene a Dios ya es rico, es pleno, tiene paz, tiene gozo, tiene fe, tiene propósito, tiene vida, tiene recursos, tiene el cielo y no tiene porqué preocuparse. Él es la fuente de toda bendición en el cielo y la tierra.
Dios sabe de antemano de qué tenemos necesidad, no obstante, quiere que le pidamos, que estemos conscientes si en verdad queremos sus bendiciones y el compromiso que conlleva administrarlas; Dios quiere que reconozcamos la dependencia que tenemos de Él y anhela que entendamos que sólo necesitamos una fe enfocada. ¡Puede no ser una gran fe, pudiera ser tal como un granito de mostaza, pero siempre apuntando al gran Dios que tenemos!”. (Cosme).
Hace tiempo y perdonen les mencione de nuevo a la hermana Glenda, cuando en una de sus canciones en aquel concierto celebrado hace unos años, se titulaba, “Hágase en mi”; hágase lo que Tú quieras; hágase en mi Tu voluntad en mi. Cuando realmente quieres que Él comience o siga viviendo en ti, la fe debe ser tal y real, qué simplemente confíes desde el corazón en que todo aquello que hoy estés atravesando sea para que asimiles, aprendas y no vuelvas a dejar el camino que siempre te guiará a Él cuando actúas dirigido hacia la luz. Permite que Él haga en ti lo que desea para su propósito no quieras cerrarte en el odio, la ira y la indiferencia, pero tampoco en la prepotencia ni el egoísmo. Deja que Él haga de ti su mejor mensaje.