"Has estado preguntándote ¿por qué tanto esperar por una promesa? ¿Para qué Dios te hace pasar por tantos laberintos? ¿Cuánto más debe suceder para ver lo que esperas? Pues te diré que en los lugares estrechos caben muy pocos, los esenciales, ellos te aman por quien eres, y por quienes son cuando están a tu lado, nada que ver con lo que haces, tienes o tendrás, ¡tu potencial les importa nada! Dios te está preparando porque a donde vas, no sujetarás esa holgada paz que ensancha el alma, sin primero hacer tuya la experiencia que te sujeta a la cima tambaleante y te mantiene en equilibrio en el ambivalente mañana. Recuerda que la adversidad prueba al fuerte, la escasez al fiel, la abundancia al íntegro y el poder al justo”.(Cosme).
Hay experiencias más duras que otras y cuando crees que has estado pasando por la más grandes, vienes Dios y te muestra la que requieres en un momento dado para despertar de muchas cosas aún mantenían sin observar y que desde la voz de conciencia Él te hablaba, pero tú no escuchabas o le cerrabas las puertas y ventanas de tu interior. Hay situaciones que posiblemente te tambalean, sin embargo, sino desistes de estar aferrado al poder de Dios, no permitirá que caigas y mucho menos que te pierdas como ser humano.
Lo que busca es que cruces por el fuego y puedas atravesar las llamas, sin quemarte y haciendo fuerte aquello que te mantiene postrado o esclavo del egoísmo; envidia; soberbia; ira; encono; desidia; indiferencia; en fin, Él busca que su propósito y promesas se cumplan en ti y que no seas de los que necesiten seguir pasando por duras pruebas sin enmendar ni transformar lo que requieres para abrir los ojos del corazón.
Permite que Él pueda guiarte en este día y hacer de ti una mejor versión que ayer y seas consistente.