Dicen que para llegar a 100 hay que comenzar desde cero. Y esto es que para todo en la vida debemos asumir cada paso en su debido proceso para que sea duradero y real. Debemos asimilar cada experiencia y cada etapa que serán nuestras maestras en sabiduría. Hay momentos en que queremos salirnos de la enseñanza y tenemos a Dios para recordarnos cuál es el camino que debemos seguir asumiendo a través de esa conciencia que nos hemos permitido abrir para no dejar de estar en conexión con Él. Asimismo, nos muestra la luz para que veamos sus huellas a las que debemos seguir. No apartarnos de su presencia es nuestro reto y meta de cada día. Con Él vamos seguros y sin vacilaciones.