He conocido personas y hemos aprendido de ellas que se sobreponen a sus errores; que aprende a no juzgar porque estuvieron en situaciones peores a las que ve en otro; que aprenden a ir por encima de quienes eran previo a conocerse desde su mayor prueba atravesada. Existen esos golpes o duras situaciones que hemos visto pases a otros que los han transformados y son guerreros de Dios luchando contra lo que era su actitud y forma de proceder, además, de aquello que intenta minar sus fuerzas físicas, emocionales y hasta la esperanza de toda fe. Sin embargo, aprender de sus yerros no es solamente importante, sino que puedas aplicarlas en mejorar lo que eres y hacer más fuerte tu creencia de Jesús vivo.
