La vida te muestra muchas formas de cómo aprender de ella misma. En ella Dios te va mostrando cómo cuándo no lo haces acorde a sus preferís, tarde o temprano te muestra que estuvo ahí hablándote para que entendieras que no dejas de caminar por su senda. Que comprendieras que sólo Él puede mostrarte quién en realidad tiene el control y quién te muestra aquello que has intentado mantener al margen.
No puedes ocultar ni cambiar Su Verdad; nada puedes hacer con lo que ya ha pasado; y no puedes, aunque quieres evitar que tropiecen o se vayan de boca o caigan en el abismo, a otras personas que no tienen la capacidad o la conciencia para ver sus yerros o sus equivocaciones. Los seres humanos aprenden cuando se da contra la pared y luego asimila.