Algo que ni él mismo Dios te perdonaría: “que te permitas creerte por encima de los demás; qué te consideres o te permitas creer o que te traten como alguien sin valor; que permitas que lo que se llama tu amor propio sea vilipendiado; que no te tengas consideración, porque los demás tampoco lo harán; que te dejes utilizar o que utilices a otros; que no te respetes para que otros lo hagan; que te permitas menospreciar; que dejes de ser agradecido con su presencia; que pierdas la fe que te ha llevado dónde estás".