“Un conocido refrán dice “al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija” ¡y lo aseveramos! Por cierto, todo depende de cuál árbol sea. En el Salmo 121 la Escrituras dice: “Jehová es tu sombra a tu mano derecha” y en el Salmo 91 refiere: “el que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”.
Jesús es el árbol de vida, la verdadera vid, el olivo verde, la higuera que da fruto; cuando nos acercamos a Él su sombra se extiende cubriendo todo nuestro ser íntegramente; es bajo su sombra que comenzamos a experimentar su semejanza, su carácter y su paz. ¡Acércate a Dios y Él se acercará a ti, hará tangible Su gloria y bendita tu alma!".(Cosme).
No porque andes junto a otras personas quiera decir que estés bien acompañado o que vayas por buen camino. Esto lo determina cuál es tu pensamiento y lo que llevas dentro de ti y cuáles son tus intenciones y para qué estás decididos hacerlo. Cuáles son las motivaciones que te acompañan, justas o injustas; malvadas o generosas; envidiosas o desprendidas. Tienes que saber que seguir o estar al lado del Todopoderoso, debe relacionarse con la tu manera de actuar y ver la vida. Tiene que ver con tu integridad. Por sus hechos los conoceréis y dime con quién vas acompañado. Y qué domina en tu corazón. Hay situaciones, experiencias y momentos que por más que te esfuerces solo no puedes caminar o enfrentar. Solo no puedes comprender o entender. Solo le sumas lo peor cuando encima de que vas sin rumbo o debilidad el deseo de que comiences a fundamentar tu fortaleza en otra cosa que no sea la presencia de Dios. Porque todo lo que hagas fuera de ahí, será como un barco a la deriva sin Capitán ni veleta. Estará expuesto a todo lo que por delante encuentre y pueda o quiera atraparte. No te alejes de quien es tu mejor cobija.