A quien está luchando hoy contra toda adversidad. A quien por momentos intenta renegar de Dios por la desesperación. A quien intenta cuestionarlo. A quien hoy busca luchar y no rendirse.
“El Señor nos dice hoy... hijo mío... cuando te dirijas para ofender mira mi Rostro... cuando pienses en mentir mira mi Rostro... cuando intentes odiar y no perdonar mira mi Rostro... cuando no puedas tolerar y amar mira mi Rostro... cuando te cueste compartir mira mi Rostro... así pues cuando mires mi Rostro... los sentimientos que empañan tu esencia... desaparecerán y fluirán aquellos sentimientos... que demostrarán que Yo vivo en Ti...” gracias del alma a quien me lo envió.
Alguien me dijo esta tarde y donde comprendió que no necesita de mucho para ser feliz. Uno mismo es quien se complica más de la cuenta. Un mes quien deja escapar en el tiempo, lo que de una forma simple te puede hacer cambiar todo lo que sucede a tu alrededor y en ti mismo. No se requiere de mucho para saber que la vida es una sola; así como llega rápido se va, sin avisarte, y olvidamos que gastamos más en lo que nos hace daño, que en aquello que nos da la verdadera riqueza, ser feliz, estar en paz y ser agradecido. Saber que la felicidad no es la ausencia de problema, es que a pesar de ellos, sepas que en los detalles pequeños encontrarás siempre que la vida vale la pena vivirla, más en las bendiciones que alentando las desgracias o las situaciones que hemos pasado o sufrido. Qué simple es ser feliz y aprovechar el tiempo de vida para ello que para buscar como no hacerlo. Gracias Dios por cada día que está presente y sosteniendo desde el alma a quien no deja de buscar de ti.