“En Mateo 11:12 Jesús habla de no tomar livianamente lo que solo se puede tomar por la fuerza: “…el reino de los cielos sufre violencia, y los valientes lo arrebatan.” Arrebatar es tomar algo por sorpresa, usando las palancas del pensamiento estratégico, la fuerza de la unidad, el poder del acuerdo y la autoridad de la verdad para tomar lo que no debe estar en manos incorrectas! Liderazgos como el del Señor Jesús y el rey David esperaban la aurora clamando para despertar sus almas con la luz que separa la noche del día y al sabio del listo. Supieron que Dios es la sabiduría que nos hace falta cuando nos sobra inteligencia!, que nadie enfrentará las corrientes del antagonismo sin antes limpiar las olas contaminadas de sus pensamientos”. (Cosme).
A veces creemos que estar preparado es estar listo. Sin embargo, eso lo determinará y tendrá la última palabra quien diseña esos momentos o situaciones en que se pone a prueba todo lo que se supone sabemos y manejamos, sin embargo, al primer apretón, estamos despertando y dándonos cuenta que cometemos un grave error cuando seguimos creyendo más en nuestra inteligencia o sagacidad; que en la voluntad de Dios y en lo que nos pone en el camino para que tengamos algo más grande, que es la sabiduría. Es la manera en que sabemos que estar preparado a los ojos de Dios es el momento en que nuestras alma está conectada y con Él y no separada del cuerpo como cuando andamos distraídos y vulnerables a cualquier tentación o males que nos afectan. En Él están las herramientas que requerimos para la felicidad y ver con esperanza cada amanecer.
A veces debemos saber que la felicidad no es una forma de comprar un momento o de tener algo con lo que nos ofuscamos de forma obsesiva. Tan pronto pasa el ímpetu, nos damos cuenta que no es la felicidad que perdura.