A veces creemos que siendo fuertes todo el tiempo podemos ver la luz que Dios desea para nosotros. Sin embargo, a veces deseamos de comprender que en la sencillez de admitir las cosas, y reconocerlas y saber que nos hace bien; está el verdadero detalle. Que a veces es simplemente reconocernos que sin un poder divino, no es posible seguir creando, amando, levantarnos y seguir sonriendo. A veces solamente es abrir nuestros corazones y seguir permitiendo que Él nos vea desde dentro y reconociendo vulnerables para encontrar la verdadera fortaleza.