Buen día. Es cierto que la frase que a continuación exponemos la expresó para todo un país, sin embargo, se aplica para todo. Porque se trató de un ser humano en el que Dios fijó sus ojos para cambiar, no sólo a una nación, sino al mundo y hasta en su entorno. Porque cambio todo el oído y rabia que tenía de sus años mozos y por todo los maltrates y velámenes que había recibido, que un buen día decidió que esos males que afectan desde dentro no le acabarían su vida o no le harían un hombre amarrado y triste toda su vida. Que por eso prefirió abrazar la actitud de paz y reconciliación. De perdón y compasión. Prefirió ser dueño a ser esclavo del dolor y todo aquello que lo pudo haber atrapado entre cuatro paredes durante 20 años de encierro de forma injusta. Cuando salió, muchos creían que saldría de allá hecho todo un hombre dispuesto a cumplir venganza en contra de quienes habían sido sus verdugos y los de su pueblo. Sin embargo, Dios tenía otro propósito y buscó cumplirlo en un solo ser humano para llegar a millones. Así trabaja el poder divino en nosotros cuando permitimos que su presencia de forma real llegue a nosotros. Aún estando fuera de su camino o de lo que El entiende estemos actuando a su deseo, nos muestra de formas extrañas pero contundentes lo que es su voluntad. No permitamos alejarnos de su ámbito ni de su gran amor que tiene para cada uno y se manifiesta de forma diversas.
