Alguien dijo: “si quieres salir del hoyo deja de seguir cavando”. (Anónimo).
A veces perdemos las perspectivas o la conciencia que tenemos del corazón, porque nos centramos solamente en lo que deseamos, es por eso que el egoísmo llega a atraparnos. Todo a tu alrededor pasa a un segundo plano. Es como un muchacho que a pesar de que le llaman a la atención sigue pisando en el mismo pedal.
A veces no vemos que mientras más seguimos por donde vamos, el único destino es seguir hundiéndonos o quedarnos en el mismo problema o situación porque simplemente estamos complicando por nuestra soberbia y terquedad. A veces nos quedamos desconectados de Dios porque permitimos que nuestra voluntad se imponga a todo, hasta queremos hacerlo con Jesús y eso lo que nos hace es alejarnos de su presencia y de nuestra fe. No permitas que la energía y las cosas hermosas, buenas y excelentes, se te pasen por dejar de tener la mejor disposición hacia el Altísimo, permitiendo que los problemas y el día a día nos alejen de su entorno.