A veces hay situaciones que aprendemos por experiencias que vivimos y encontramos en el caminar de nuestras vidas, que a veces nos hacen daño o nos afectan de alguna manera porque han mostrado sus malos sentimientos sobre nosotros o sus peores pensamientos o simplemente, están ahí y con su accionar nos ayudan a ver lo bueno y excelente de la vida de algo que hemos considerado como malo que nos ha sucedido.
Sin embargo, de alguna manera Dios quiere o ha querido que veamos lo mejor de cada situación que atravesamos para que nuestros corazones quede eso como sello de bendición y no como que nos quedemos maldiciendo. La ira y el encono sólo nos muestran nuestra peor parte del aprendizaje o del proceso, sin embargo, cuando aprendemos a tomar lo mejor de cada fase vivida, estamos siendo bendecidos por Él abriendo nuestras conciencias desde el interior y nos fortalecemos para ser mejores personas.