La vida es como una carrera en la que debes ir aprendiendo a cada paso cómo seguir siendo constante en el próximo; aprender de cada uno para saber reaccionar a los demás. En el camino seguro que encontrarás obstáculos o imprevistos que, a pesar de tu seguridad y convencimiento de tu capacidad y preparación, vendrían esos con los cuales el destino te enfrentará y tendrás que saber lidiar y cruzar por veredas que creías eran carreteras limpias.
Tendrás que saber que habrán subidas en el que tendrás que dar mayor esfuerzo, a tal punto, que sacarán el mayor sacrificio de tu parte. Vendrán luego esas bajadas en que el aliento volverá a ti y será como un regalo y gracia de Dios que te observa y ve el esfuerzo de cada quien, que con su buen espíritu trata de seguir adelante y tratando de no debilitar su fe con todo lo que encuentres y atravieses.
Habrán lugares en que recibirás hidratación que serán como forma de reflexionar y aprender con sabiduría lo que has recorrido y tomar fuerzas para no rendirte en los kilómetros que aún te faltan para continuar tu andar. Son muchos los retos que a encontrarás, pero también muchas más las satisfacciones que recibirás al alcanzar cada propósito y objetivo. Busca que al final, tu fortaleza sea mayor desde dentro que la preocupación de cómo estás por fuera. De saber mirar con el corazón y no con la razón. Sigue avanzando que la vida es una carrera que se inicia con cada amanecer y debemos saber cómo lo enfrentamos.