A veces debemos reconocer aquellas situaciones que no están a nuestro control y simplemente debemos encomendarnos a Dios a que sea quien nos guíe y nos dirija. Es el momento en que debemos aplicar con mayor fuerza nuestra fe, porque estamos dejando todo eso en sus manos y a ciegas confiar. Ahora bien de lo que nos corresponde, debemos tener la fortaleza para hacer lo que nos corresponde. Es parte de lo que es nuestro vivir, hacer lo que nos toca y confiar también en el gran poder de Dios. Agradezco grandemente el que una persona querida me hay enviado esta frase. Gracias por el cariño, Señor.