"Es fácil darnos cuenta que nuestros niveles de tolerancia son reflejos degradados o alterados del amor que tenemos por los demás. El amor facilita la tolerancia, desarrolla la madurez y revela el verdadero valor del ser humano. Su ausencia propicia que se levanten tarimas a quienes ostentan grandes egos, usan la fuerza, reducen a emociones pasajeras los sentimientos ajenos, desgarran sueños y niegan la existencia de su presencia, solo porque en sus vidas, conceptos y patrones viven una total esterilidad espiritual. No aceptan la realidad de un sentimiento que habita en el polo opuesto de su entorno. El amor siempre exigirá lo mejor de nosotros, el egoísmo, lo mejor de los demás, por ello quien ama no da lo excelente, que puede comprarse, sino lo extraordinario!".(Cosme).
Creemos mucho en lo que llamamos conciencia que se conecta de una u otra forma con la intuición, ambas son la manera en que recibimos desde nuestro interior lo bueno o malo que podamos permitir pensar o hacer o no hacer. Es también muchas veces una manera de alerta que tenemos y en las que muchas veces tenemos la conexión con el Todopoderoso hacia nosotros, está en si somos capaces de escuchar sus mensajes o simplemente pensar que podemos obviarlo y es cuando vienen los hechos nos damos cuenta que debemos evitar perder la conexión con el Altísimo y su gran amor por nosotros.
En la oración esta el inicio de ese seguimiento a estar abiertos a brindar y recibir. Cuando los seres humanos perdemos nuestra necesidad de amar y ser amados y de abrir nuestros corazones sin temor, estamos perdiendo la forma de ser conscientes ante la realidad que tenemos de frente y simplemente nos dedicamos en aceptar lo que entendemos es el único que importa, el egoísmo. Cuida que eso que haces a otros no queda sin ser retribuido, tarde o temprano entenderás como Dios te muestra de ser compasivo, sensible, misericordioso y amoroso. Que hay más mundo fuera de ti.