"En el Tabernáculo de Reunión Dios instruye con precisión extrema a Moisés sobre el encendido del candelabro. De oro puro, cada lámpara tallada a martillo tenía forma de flor de almendro, árbol de flores blancas o pálidamente rosadas, que aparecen desde enero, antes que las de otros árboles. La palabra almendra proviene del hebreo, significa literalmente “el que despierta”. ¿Coincidencia? Observando la provocación de la serpiente en Genesis 3, para engañar a Adán y Eva vemos la diferencia en “que te hagan despertar” a “que despiertes”. El cuerpo despierta con ruido y luz natural, pero la conciencia con aquel que dijo “Yo soy la luz del mundo”. No pienses que algunos son ciegos o insensibles al mal, solo siguen envenenados, ¡pues la conciencia que Dios alumbra, ningún poder la deslumbra!".(Cosme).
Buenos días y que el mismo sea del provecho que cada uno espera y que haya fuerzas para seguir adelante. Hay corazones que no desean ser tocados o aquellos que decidieron tomar el fruto envenenado de la perversidad y la maldad; o aquellos que ni habían estado abiertos o conscientes a lo que sucedía a su alrededor. En todos los casos, es la presencia de Dios en nosotros lo que hace la diferencia real. Si mentimos o desdoblamos o intentamos ser quienes no somos, Él tarde o temprano, nos hará ver quienes somos y qué nos falta. El único que puede sanar y llenar vacíos, es el Altísimo, fuera de ahí, simplemente, nos estamos engañando y acomodando cada una de las piezas de un tablero que lo queremos jugar a nuestra forma, pero sin que Él participe ni tome partido y eso, para quien dice tenerlo en su corazón, es imposible.