A veces dejamos que el día a día y las obligaciones y nuestros mismos proyectos nos arrebaten lo mejor. El tener el alma y el espíritu en tal tranquilidad y paz que nos permitan sentir y hacer sentir el amor. La soledad no es solo el estadio, sino el no poder sentir y demostrar sentimientos hacia uno, hacia los demás o de los éstos hacia nosotros. Por esto, solo no estarás si siempre tienes contigo el amor que cada mañana te regala el poder divino para que lo puedas acoger y repartir, pero debes verlo.