"Aquellas personas que se acostumbran a poner el “no” por delante, terminan quedando de último, o lo que es peor, en nada. Porque todo aquel que cree que no se puede, ya llegó. De manera que cuando te haces acompañar por pesimistas, por no caer en el hoyo, te quedas varado.
Lo cierto es que todo aquel que piensa en negativo y pone un no antes de examinar todos los posibles “si” es porque en realidad se está negando a la posibilidad de entregar todo su potencial para hacer de una posibilidad una realidad.
La Biblia dice que “para el que cree, todo es posible” y estoy convencida de que Dios con poco hace mucho, con algo hace bastante, con nada puede hacer todo ¡y con mi fe hará milagros".(Cosme).
Hay veces que no sabemos interpretar los sentimientos de los demás o no sabemos utilizar, ni la pregunta ni ofrecer la respuesta indicada. Al menos, eso creemos. Otra veces tememos pensando que todo cuanto hacemos no es suficiente para reconquistar lo perdido o creemos que aún permanece, pero no sabemos cómo llegar a ese corazón y andamos a ciegas y como dando tumbos, a veces parecemos niños al actuar.
En definitiva, a veces creemos que ante el dolor acumulado del otro o de la soledad experimentada, ya no hay espacio para volver, al menos para ti, entonces piensas que las señales están claras, pero como dicen en buen dominicano: "quieres forzar el mingo o el juego"; y ahí simplemente pierdes o te ahogas. Precisamente el evangelio de hoy tiene mucha diosidencia con esta reflexión, trata sobre el milagro de los panes y peces y como todo fue una cuestión de creer y cómo es posible recibir del amor de Dios en demasía y cómo solamente su presencia calma toda sensación de derrota; ausencia; de yerros cometidos; de faltas pasadas.
Todo se va, simplemente porque crees en que Él hará cosas mayores por ti, estando a su lado que a solas. Puedes dejar ir muchas cosas o dejar de ver otras tantas o creerte perdido; aún así de quién nunca debes apartarte ni dejar de creer, es en su presencia. La peor incapacidad es quien se niega asimismo de que no puede o cuando ha dejado de creer y su único Dios es aceptar que todo para si, es un "no", o un imposible. Con Él todo es posible.