Cuando elegimos incorrectamente solo Dios puede revertir ciertos resultados, o restaurar corazones atropellados, mutilados e insensibilizados, por ello ora, y no temas, para que el Señor traiga sanidad y brisas de restauración, porque cuando Él sopla, hace que la paja vuele y el trigo quede!".(Cosme).
A veces tenemos temor de equivocarnos y de asumir riesgos o de avanzar hacia zonas no conocidas por nosotros. Tenemos temor a equivocarnos y a esperar que por ello tengamos que recibir sanción. Vivo convencido de que a través de la oración no es solamente que podemos mantenernos con el corazón dispuesto a estar junto a Él.
Que la fortaleza de nuestro espíritu sea lo que requerimos para enfrentar todo los embates, incluyendo aquellas malas decisiones pero tomadas, no desde el ego o la prepotencia, sino que estás convencido que ese paso es dado desde el corazón y el espíritu.
Cuando nos mantenemos junto a la presencia de Dios, podemos esperar que todo desvío puede ser enderezado por quien resulta ser nuestro mayor guía. No perdamos esperanza cuando hemos sido capaces, de a pesar de desaciertos y de situaciones que nos ponen a prueba, no hemos dejado que nuestras manos se separen de la presencia divina, que es la que al fin y al cabo y ante ausencia de quienes dicen estar ahí.
Él nunca defrauda ni busca competir contigo en caso de que yerres, sino que busca que aprendas y seas tú otra luz para quienes buscan el mismo apoyo como tú lo hiciste al buscarlo a Él. Mientras sigamos junto al Todopoderoso, toda duda, temor, error o angustia; se supedita a tu fortaleza acumulada a través de la oración, como muestra de que sigues a su lado pesar de todo. Hoy puede ser la corrección de muchas cosas fe ayer y lo que determine tu mañana.