No protesta aún cuando las caricias se enfrían, entiende las palabras a medio decir y disimula, se viste de fuerza y sigue erguido aunque la esperanza le deja descalzo, te enseña que tus virtudes no son todo lo que eres, ni tus defectos tienen poder para devaluarte si te aprecias lo suficiente como para reinventarte. No suelta tu mano aunque desmaye, no te desprecia aunque lo hieras, no se desvanece aunque lo aflijas... No es algo para entender, sino para creer que tarde o temprano todo obrará para bien. No importa a dónde se vaya, siempre se queda con quien debe estar. ¡Amor es el rastro que dejas en un corazón, quien después de amarte nunca vuelve a ser quien era, para convertirse en quien fue llamado a ser!".(Cosme).
Debemos estar muy claros y conscientes de que en los momentos en que entendemos no hay más en que apoyarte o como levantarte; cuando creas que pasas desapercibido; El tiene la manera de decirte y expresarte que a pesar de tu olvido o indiferencia o de que hayas comenzado a debilitar tu fe; Él tiene la forma de expresarte lo mucho que te ama y está a la espera de mostrarte su gran misericordia. Él te ha demostrado que con esa palabra amor, ha sido capaz de transformar corazones y hacer que espíritus débiles puedan conocer su verdadera fortaleza y en todo eso, que cada cual visualice que nada es más fuerte que cuando mantienes su presencia en ti.