Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

lunes, 13 de febrero de 2017

Orgulloso de mi viejo

A propósito de que mañana, 15 de febrero, será reconocida y en forma simbólica se llevará a cabo la graduación de la “Promoción de la Libertad, que tuvo su envestidura en el año 1967. Y se le llamó así, porque fue la primera, cuyos miembros fueron los primeros en iniciarse, luego de la muerte del dictador.
   
A esta promoción pertenece mi padre, Ramón Antonio Veras (Negro) y la Facultad de la UASD le tendrá esta especie de reconocimiento merecido.  Es para nosotros como familia, todo un orgullo este evento, no solamente por la parte que le corresponde a nuestro progenitor, sino por muchos de los que pertenecen a la misma y que tenemos el grato placer de conocer, como los casos de: el Dr. Nicolás s Gómez Ortiz, Dr. Porfirio Hernández Quezada; Dr Julio Aníbal Suárez Duvernay; Doctor Daniel Mejía, entre otros.  Ha sido una promoción que ha dado frutos importantes a la sociedad, con participación activa de muchos de sus miembros y que han accionado en la opinión e instituciones públicas.
   
Como familia, esta actividad es solamente una ratificación del ejemplo que hemos visto en nuestro hogar y fuera del mismo, sobre el comportamiento de nuestro padre. Y que la Universidad Autónoma de Santo Domingo, se haya decidido a realizar este reconocimiento a estos graduandos que tanto han aportado a este país, desde sus distintas áreas de trabajo en el ámbito de su profesión o cuando les ha tocado demostrar su conducta y accionar.
   
Este quince de febrero, será un día de júbilo,  si Dios quiere,  porque nuestro padre, junto a otros cuarenta y cuatro compañeros, estarán desfilando en forma simbólica, para celebrar su medio siglo de graduandos. Es como si el tiempo volviera sobre sí mismo para permitir ser testigo de una celebración de esta naturaleza.
   
Dicen que veinte años no es nada, todo depende qué haces dentro de los mismos. Con qué intensidad la vives. Y estoy consciente que este medio siglo, ha sido fruto de una vida sumamente intensa de estos grandes seres humanos.
   
Hace unos años, escribí un artículo dedicado a él, titulado: "A mi padre",  en el mismo expresaba, lo siguiente:
   
“Te agradezco por haber estado todo el tiempo  a mi lado, física o espiritualmente; por haberme dado aliento en momentos que pensaba que la oscuridad llegaba”; “por tu preocupación como padre y amigo”; “por darme tu apoyo incondicional y mantenerte firme y con la paciencia que ha requerido el momento y las circunstancias”.  “Te amo por ser tú, el padre que Dios escogiera de forma acertada, con el corazón tan grande como tu espíritu, tu perseverancia, tu valor y tu responsabilidad”.
   
“Eso indicado más arriba, dicho en breves palabras, significaron noches y días amargos que tan sólo y no lo digo por ser sangre de mi sangre, un ser humano con la fortaleza que siempre ha mostrado él y el amor y el cariño incondicional que ha sabido demostrarme a mí y mis hermanos, pudiera haber soportado tanto sufrimiento, al conocer las cosas que sobre su hijo se habían tramado y llevado a cabo”.
   
“Es a esa misma calidad de padre, a quien el pasado octubre le escribiera el artículo ya mencionado y que hoy, pido permiso, para ratificarles a ustedes que estoy y vivo orgulloso de la vida de Ramón Antonio Veras (Negro), porque sus hechos siempre han ido cónsonos con su forma de pensar y de hablar.  Me ha demostrado que no tan sólo es y ha sido solidario, responsable, preocupado, coherente y decidido, con el hecho ocurrido a mi persona el pasado 2 de junio, sino que lo viene siendo desde que era miembro de una familia numerosa, donde el principal soporte de su madre y mi abuela, Idalia, fue él. Asimismo, fue quien formó parte de los panfleteros de Santiago, asesinados en una sola noche un 29 de enero; el mismo que durante los doce años de Balaguer, supo defender, por convicción y sin importar ideología, credo, raza o condición social, ser defensor de los derechos humanos de cientos de dominicanos en todo el país, a riesgo de su vida y la de su familia; el mismo que ha sido defensor por la paz mundial en distintos foros internacionales; el mismo que desde los inicios de la década de los ochenta fue de los que conllevó el estandarte en contra de las drogas y el narcotráfico, hasta el punto de recibir amenazas de muerte, al igual que su familia: el mismo, que durante seis años batalló junto a mi madre y sus seres queridos, el cáncer que le costó la vida a mi madre Carmen; el mismo que en los momentos difíciles de sus amigos, compañeros de estudios, allegados y seres queridos, ha estado presente en las buenas y en las malas”. 

Hoy, ante este acto que será llevado a cabo mañana en su Alma Mater de la UASD, reitero mi gran orgullo, por un hombre que ha sabido venir de los más bajo; mantenerse coherente a sus ideas; perseverar en sus principios y valores; ser leal y de una sola cara ante el mundo y sus amigos y hasta de sus propios contrarios que le han adversado política e ideológicamente; con un sentido de la solidaridad única; odia las mentiras, la mediocridad y la perversidad.
   
Estoy ciento por ciento seguro, que mañana, con Dios delante, mientras papi esté junto a todos sus compañeros de antaño, su corazón estará lleno de alegría; sonreirá desde el alma y a su mente llegarán tantos sacrificios por haber logrado lo que hace 50 años se propuso y que marcaría toda su vida y la de aquellos que lo amamos y le respetamos, por su trayectoria y accionar de vida. Estoy hoy, como lo he estado desde la conciencia, orgulloso de quien ha sido mi papá. Gracias Dios.