Escuchando tantas cosas en el ruidoso caminar de los vivientes entendí que más elocuente puede ser el rastro silente de quienes ven claro por donde van, que los discursos grandilocuentes de quienes quieren arrastrar las masas por sus fueros. El Apóstol Pablo, en sus iluminadas palabras a los Corintios, deja entender que las cosas no son tan reales como se aprecian: "No mirando nosotros las cosas que se ven, sino a las que no se ven..."; el ojo echa un vistazo, el alma redimida tiene una visión. Y es que en Dios lo que parece malo termina siendo aquello que nos lleva a ver lo bueno, que lo vigente por firme que parezca no es permanente y aún lo permanente puede ser removido por el dedo divino" (Cosme).
Los seres humanos podemos llegar ser tan soberbios y prepotentes por el poder o las circunstancias que nos puedan estar favoreciendo y de alguna forma queremos demostrarlo, pensando y dando por sentado que la verdad es la nuestra. Que lo proclamado es lo que creemos y lo que será. Permite que recuerdes en esos momentos lo que realmente eres, simplemente un soplo y polvo. Que debe estar consciente que la vida se vive hoy y ahora y cuidado que en este tránsito debemos dar lo mejor de nosotros y que los males del interior no nos tomen prisioneros. Que a Dios siempre sea amor pero también temor como respeto para que recordemos que frágiles somos ante El y que frágil es la vida. Felicidades y bendiciones a cada quien reciba este mensaje y lo valores como cada día.