Quien lee el Evangelio de hoy y me excusan que esto usando tanto lo símil, la realidad con las Escrituras, pero es que últimamente han sido muchas diosidencias y al fin y al cabo, Él dispone, yo obedezco. En fin, en el de hoy en el que Jesús entrega talentos a un grupo, cada quien asumió lo entregado como consideró, eso es el libre albedrío que Él nos ofrece para que hagamos con las habilidades que tenemos; nuestra capacidad; lo mejor posible y sin perder lo esencial, su mensaje.
Ahora bien, algunos fueron precavidos y supieron escuchar la palabra y seguir su corazón hacia el propósito de Dios y fueron agradecidos. Sin embargo, otros, simplemente se decidieron a no utilizar ni a desarrollar lo otorgado como una virtud, no encontraron el gran tesoro que en su manos había puesto el Señor y luego pagarían caro en cada obstáculo que se les presentó. Eso pasa con algunas personas que solamente ven el vaso siempre medio vacío y no medio lleno; o siempre están buscando o hurgando en lo peor que les pasó pero, no sacan nada positivo, siempre están queriendo sacar provecho, pero de la forma más baja y miserable, que hasta pena da. No saben llenar su corazón de todo lo bueno que el Todopoderoso nos regala día a día y hasta en cada prueba que se nos presenta. Me sorprendo cuando veo personas que no saben, a pesar, de todo cuanto han visto, no se han transformado su corazón y siguen siendo la misma piedra que no supo recibir los talentos.