Dicen que nada haces solamente pensar en los problemas que tienes sino es para buscarles una solución. Porque cuando solo piensas en ellos como aquello que no te permite dormir ni ofrece paz, nunca te regalará la paz. Sin embargo, cuando puedes mantener la fe y reconocer que existe un ser superior a ti, que es capaz de brindarte la fortaleza y los deseos de seguir con ánimo en la vida, que te ofrezca un propósito más allá de respirar e ir deambulante en automático. Cuando te propones y enfocas en ver más como un aprendizaje y una solución cada adversidad, le estás abriendo tu corazón a Dios para que te acompañe.