Muchas veces nos decimos a nosotros mismos cada inicio de año o cada vez que deseamos emprender cosas nuevas que vamos a iniciar tal día o semana o prometemos que algo dejaremos de hacer, pero queremos hacerlo haciendo el mismo esfuerzo y tenacidad.
Queremos entregar la misma cantidad de tiempo. Queremos no hacer sacrificio alguno. O nos quejamos cuando las cosas por la que deseamos lograr comienza a ponerse difíciles entonces buscamos excusas o a culpar y responsabilizar a alguien porque no hemos logrado nada.
La única respuesta ante todo ello, es que debemos salir de esa zona de comodidad que nos hemos impuesto para comenzar a ver resultados diferentes. Es así como la creencia y la fe que deseamos tener, queremos y decimos creer, pero de ahí a creerle implica entrega, sacrificio, persistencia, confianza en lo que en inicio no puedes ver; esperanza. Es tener una fe que construyes día a día, porque no se dará ni se te regalará así porque si. Si deseas pelear contra un mal o debilidad o situación, es confiando desde el corazón, pero tú ofreciendo lo que te corresponde. "Ayúdate que yo te ayudaré".