La semana pasada nos llamó poderosamente la atención, el artículo escrito por la socióloga, Rosario Espinal, que una vez más da en la diana con sus consideraciones. El mismo lo tituló: Eliminen el Senado, 20 provincias, 100 alcaldías y 10 ministerios.
Como si fuera una premonición, y sin guardar la forma por parte del Senado, al otro día del indicado escrito, esta institución ya mencionada como una especie de burla y total sintonía con las necesidades del pueblo dominicano, procedió a solicitar un aumento de su presupuesto en 500 millones de pesos, o sea, que estaría recibiendo o solicitando un total de 2,500 millones, solamente para esos sacrificados del país. Era como decirle a la indicada profesional, que todo cuanto había expresado en su artículo ya indicado, que hasta corta se había quedado en sus pronunciamientos, porque está sola acción era más que suficiente para que se le vieran las enaguas y su ambición desmedida y desconsiderada de ese poder del Estado.
Para que tengan una idea del indicado escrito, he aquí algunos de los párrafos que forman parte de mismo, y es todo un decálogo de lo que es hoy una visión de la mayoría de las instituciones que se tragan una parte importante del erario. A groso modo, en el mismo se indicaba, lo siguiente:
“En esta islita del Caribe, o tres cuartos, o media isla, como usted prefiera, hay demasiados políticos-funcionarios, y lo peor, mucha gente acostumbrada a vivir de la politiquería”.
“Es un país donde no se puede organizar el caos del tránsito, ni recoger bien la basura, ni tener buenos vertederos, ni tapar los hoyos de las calzadas. Asuntos básicos”.
“Es un país con túneles y elevados, Metro y helipuertos, torres iluminadas; y también, lleno de pobres con salarios de miseria que se roban la luz y el agua (cuando llega), hospitales sin nada”.
“Muy pronto el Estado Dominicano se tragará la sociedad, y ambos naufragarán. Mientras tanto, ¡que siga la fiesta!”.
“Los que pagan impuestos, o se los deducen de sus salarios, deberían sentirse indignados de ver cómo su dinero se utiliza para mantener tantos vagos en eterna diversión. La última novedad: los diputados del PRD que perdieron en las elecciones el 2016 fueron premiados con un nombramiento de asesores en la cancillería. ¿Cuál es su mérito? ¿Ser políticos? A ciento cincuenta mil pesos por cabeza”.
“¿Y qué decir de todos los pensionados VIP de este país, con cantidades exorbitantes, por haber trabajado unos añitos como jefes en alguna entidad pública?”.
“El Senado es una inutilidad que cuesta una millonada. ¿Su función? Llenar las arcas de los senadores, todos aspirantes a vitalicios en el cargo. En todos los países de la región centroamericana hay una sola cámara legislativa. La razón: no son repúblicas federales, tampoco lo es este país, chiquito con cuchumil provincias”.
“La mitad, por lo menos, de las 31 provincias no producen mucho, ni tienen mucha población, ni mayor significación. Viven sumidas en la pobreza. Aumentar el número de provincias tuvo un solo objetivo: tener más cargos disponibles para los dirigentes y activistas políticos. Unas 10 provincias serían más que suficiente para un país de 48 mil kilómetros cuadrados”.
“Hay 158 municipios, la mayoría innecesarios, deficientes y precarios. Hay ciudades en el mundo con una población cercana al total de este país, Nueva York, por ejemplo, con un solo alcalde. Todos estos municipios dominicanos se han creado para generar más puestos electivos y administrativos para dirigentes y activistas políticos, para llenarlos con nominillas de los partidos”.
“En el Gobierno Central hay 23 ministerios. ¡Otra barbaridad! Varios de ellos agotan gran parte de su presupuesto en pago de nómina, o sea, no queda mucho dinero para impulsar programas a favor del pueblo. Como en las demás instancias gubernamentales, los ministerios están llenos de dirigentes, activistas y militantes de los partidos políticos en el poder, y hasta de los partidos en la oposición; porque el reparto es grande, gigante”.
“En fin, un país pequeño como este podría perfectamente administrarse con mucho menos personal en todas las instancias gubernamentales, y claro, con menos recursos. Pero se hace lo contrario, se agregan y agregan dependencias, y las demandas para emplear más gente es inagotable, y las demandas de pensiones, aún de personas que nunca han laborado en el Estado, son incalculables”.
Lo que ha definido Rosario Espinal no es otra cosa que lo mismo que todos los partidos políticos que han estado en el poder, conocen al dedillo. Es lo mismo que muchos atacaron en el pasado a Balaguer cuando se referían al famoso clientelismo político. Eso de crear una y otra dependencia, institución que realizará lo mismo que otra hoy está haciendo, o el abultarse la nómina o el presupuesto de forma antojadiza y sin justificación como hace hoy el Senado; o crear distritos municipales o elevarlos a Municipios o crearlos, tan solo para abultar más empleos politiqueros y seguir incentivando el parasitismo y la dependencia para los votos que mañana buscarán dueño y exigencia; crear mayor burocracia donde se necesita celeridad y real empleo de mano calificada.
Da pena y vergüenza y les invito a Santiago, para que vean cómo estamos las abogadas y abogados ejerciendo, que por la falta de recursos del Poder Judicial, si así se puede llamar, habiendo varias jueces civiles para conocer casos de familia, hay que compartir la misma sala porque no hay posibilidad para crear espacio ni personal para ello y las audiencias tienen que estar siendo celebradas en tres tandas, terminando hasta pasada las tres y cuatro de la tarde. Sin embargo, el Senado pide 500 millones para aumentar su presupuesto del año que viene, bajo qué justificación, nada que sea lógico ni legítimo.
Con un país con tantas necesidades imperiosas y que requieren ser oportunas. Sin embargo, siempre hay excusas disímiles para no aumentar a salud, justicia, ministerio público, policías y seguridad. Pero para dos o tres, si se justifica seguir creando espacio y botar recursos en la politiquería y el clientelismo.
Bien lo expresó el periodista Huchi Lora, cuando en un reconocimiento en esta su ciudad de Santiago de los Caballeros, ante el pódium de la Alianza Cibaeña, haciendo reseña sobre la labor de su fundador, Eugenio Deschamps, lo siguiente: “el problema de nuestro, no está en los gobernantes, sino en lo que piensan y hacen los gobernados”. Esto lo decía, porque es el pueblo que debe elegir y decidir su destino. Fue el pueblo que logró el 4%; la seguridad social; lo de Loma Miranda y Bahía de las Águilas. Entonces es en nuestras decisiones y actitudes ante lo que hacen aquellos que nos gobiernan. Es en los gobernados que está la respuesta para lo que deseamos como país.