Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

jueves, 23 de agosto de 2018

Reflexión del Día

“No te preocupes por lo que no tienes, no sucede aún o no puedes cambiar… Dios está cerca, haciendo proezas, peleando tus batallas, abriendo repentinamente caminos no pensados y puertas estratégicas; Creer es alabar a Dios mientras trabaja por ti. Es aceptar su voluntad desde la perspectiva de su corazón y no de nuestras circunstancias… Para entrar al reino de los cielos debemos ser como niños y montar sobre los lomos del gigante… Recorrer cuesta arriba las empinadas rocas del deber, ya no requiere tu máximo esfuerzo o riesgo, sino entregar “tu todo” a quien es tu fortaleza y para quien eres “su debilidad”, la niña de sus ojos. Tu mayor esfuerzo y mejor determinación jamás alcanzarán a una fe óptima, esa que habita donde solo las águilas se atreven”.(Cosme).

Alguien nos dijo hace unos días, que Dios no deseaba pelear solo nuestras batallas que ambos éramos como un equipo, porque así podía lograr que en cada caída pudieras verlo al levantarte de ellas; que en cada dificultad, lo sintieras una vez la sobrepasarás; que en cada lección lo vieras y reconocerás para que pudieras aprender lo que Él te enviaba como propósito y que fuera para cada ti un mar de sabiduría. Entendimos todo esto porque hay quienes pasan o están atravesando por sus situaciones, pero no pueden ver lo realmente importante del mensaje individual de cada quien, porque se están permitiendo que los males o sombras que les afectan, les cubra el alma, el corazón, la razón y con todo ello la conciencia para ver todo aquello bueno que pueden aprovechar para si mismo y todo el que le rodea.

Hay quienes se dejan atrapar por el orgullo, vanidad, ira, soberbia, odio, desconfianza, desesperación, entre otros. Y simplemente no pueden crecer ni mejorar porque están viendo o sintiendo todo desde el ego y no desde el plano de amor que Dios quiere que sea visto y sentido. Recuerda quien es tu verdadera fortaleza y quien si puede hacer milagros en ti, pero debes dejar que entre en ti y que reconozcas que son un equipo donde cada uno pone de su parte. Aprende a confiar, a perdonarte a ti mismo, a los demás y brindar tu mano de confianza a Él y estarás sanando y a la vez creciendo nueva vez y esto será sincero y permanente. Alabado sea Dios y bendecido quien lo acoge y crea.

Confía.